microondas

Una de nuestras lectoras me preguntaba sobre los usos del microondas en cocina. Reconozco que me gusta mucho la cocina a fuego lento, respetando las maneras tradicionales, aunque no estoy cerrado a las nuevas técnicas. Os dejo aquí una serie de consejos básicos sobre el uso del microondas en cocina.

Aunque presente en la mayoría de las cocinas domésticas, realmente es poca la gente que llega a cocinar con el microondas. Este “revolucionario” invento americano se utiliza sobre todo para descongelar, recalentar alimentos, hacer palomitas de maíz, calentar la taza de leche del desayuno…y poco más.

Una pena, ya que sus posibilidades son muchas, si se conocen y se saben aprovechar. Una de sus grandes ventajas es que nos permite cocinar los alimentos con sus propios jugos, sin necesidad de añadir grasas ni líquidos de cocción, ya que precisamente su efecto es la activación de las moléculas en el interior de los alimentos, cociéndolos desde su interior.

Así, si queremos cocinar sin grasas, es perfecto y muy sano. Un filete de pescado, puesto en una bandeja, cubierto de un hilo de aceite de oliva, pizca de sal y unas hierbas aromáticas, estará listo en un par de minutos a potencia alta. Unos langostinos, puestos en un plato, con un poco de aceite y sal, se cocinarán de forma limpia y rápida en un minuto por cada lado, o incluso menos, según el grosor, y además conservando todos sus jugos.

 

Otro ejemplo son las patatas asadas. Cuando quiero hacer una barbacoa pongo unas patatas de tamaños regulares en la bandeja del microondas, con su piel, lavadas y secas, y dejo cocinar 10 minutos a máxima potencia. Luego les damos la vuelta y dejamos otros 10 minutos.

Así tendremos unas patatas sabrosas, que no han perdido nada de sus jugos ni sabor. Si queremos podemos dorar la piel en el grill del horno o en la misma barbacoa, y servirlas con mayonesa o salsa picante.

Por supuesto, el microondas es muy útil para descongelar de forma rápida y segura, usando potencias bajas. O para recalentar alimentos cocinados, teniendo cuidado de ir removiendo de vez en cuando. O para guisar estofados o cocer verduras usando recipientes especiales.

Pero está claro que tiene sus limitaciones. El sabor y textura de los alimentos sujetos a la llama natural de una cocina, o al calor del horno, no pueden ser sustituidos por estos “inventos”. Un cocinero no puede prescindir de sus fogones, por mucho que avancen las nuevas tecnologías.

En este punto no quiero pecar de conservador, pero por poner un ejemplo deciros que hace poco he sustituido la odiosa vitrocerámica de mi cocina por una cocina de gas, y no quiero ni deciros lo alegre que me siento de poder cocinar a gusto. Y no hablemos ya del ahorro en electricidad, que es otro tema a tener en cuenta.

Resumiendo, si vuestras inquietudes en la cocina se basan en descongelar o recalentar alimentos precocinados, quizás el microondas es imprescindible, pero si os gusta meteros en faena y cocinar de forma natural es un electrodoméstico perfectamente prescindible.