Desde mi visita a tierras alsacianas hace unos años, me he aficionado a cocinar algunos de los platos típicos de aquella zona de Francia, limítrofe con Alemania. La tarte flambée es una torta salada tradicional, que normalmente incorpora bacon ahumado, cebollas y queso. La que hoy he preparado es una de las más apreciadas, la tarte flambée con queso Munster, uno de los mejores quesos de la región, de intenso sabor y del que ya os hablé hace poco.

Y un poco de historia. Cuentan que el origen del plato es muy antiguo. Parece que los panaderos ponían a cocer una torta de masa en el horno para comprobar que había alcanzado la temperatura adecuada para hacer el pan. Así que esta “prueba” del horno ha ido evolucionando hasta la tarte flambée que conocemos hoy día, con la adición de queso y otros ingredientes. Curioso, ¿no?

Aunque a simple vista nos pueda recordar la pizza italiana, no tiene nada que ver, ni en preparación, ingredientes, ni en sabor. Me sorprende un poco que la tarte flambée no haya alcanzado la popularidad de su competidor italiano, la verdad es que está riquísima, no tiene nada que envidiar a la pizza, salvando las distancias.

Si no encuentras el queso Munster, de hermosa corteza rosada, puedes usar algún queso de pasta blanda que te guste, de vaca o incluso alguno de cabra, si te gustan sabores intensos.

Ingredientes, para 2 tartas (2-3 personas)

Masa: 250 gr. harina, 30 gr. manteca de cerdo refinada, 30 gr. mantequilla, 1 yema de huevo, pizca de sal, 100 cc. agua fría, 1 cucharada de nata espesa.

Relleno: 1 cebolla, 1 yema de huevo, 100 cc. nata espesa, 200 gr. queso Munster , sal, pimienta blanca, nuez moscada molida.

Preparación

Pica la cebolla en tiras finas y escalda en agua hirviendo uno o dos minutos, para que se ablande un poco y pierda el fuerte. Escurre y reserva.

Haz una montaña con la harina en la mesa de la cocina o en un cuenco amplio y, haciendo un hueco en el centro a modo de volcán, añade el resto de los ingredientes de la masa; la mantequilla y la manteca desmenuzadas, frías, la yema de huevo, el agua, la nata y la sal. Si no quieres usar manteca de cerdo, sustituye por mantequilla. Ve removiendo con los dedos mezclando los ingredientes hasta hacer una masa lisa, volteando sobre la mesa unos minutos.

También puedes amasar en thermomix mezclando todos los ingredientes (la manteca y la mantequilla fría cortada en dados, la yema, el agua, la nata, la harina y la sal), 30 segundos a velocidad 5.

Corta la masa en dos porciones iguales. Estira cada pieza con rodillo hasta darle forma redondeada, muy fina, con unos 2-3 mm. de grosor. No es necesario enharinar la superficie. Pasa a una bandeja de horno cubierta de papel de horno o silpat. La masa rinde para hacer dos tartas redondas, de unos 22 cms.,  o una grande rectangular que ocupe toda la bandeja. Para que queden bien redondas corta los bordes con un cuchillo bien afilado, si queres te puedes ayudar de un molde de tarta redondo para cortarla. Deja reposar la masa, una vez estirada, en frío, unos 20-30 minutos.

Mientras reposa la masa, mezcla aparte la nata, la yema de huevo, el queso troceado, con su corteza comestible, la sal y las especias, mezclando bien con la batidora eléctrica hasta que quede una crema espesa. Extiende este relleno sobre la masa, y cubre con la cebolla escaldada escurrida. Hornea a horno fuerte, precalentado a 250º, unos 10 minutos, o hasta que se empiecen a dorar los bordes y la masa quede bien crujiente y dorada. Sirve al momento, sobre una tabla, cortada en porciones.

La tarte flambée con queso Munster admite muchos rellenos, aunque debería llevar siempre la base de cebolla y queso. Puedes usar otros quesos cremosos, como el brie, camembert o comté, añadiendo champiñones, espárragos, jamón, bacon ahumado, speck, etc. Marida bien con un riesling alsaciano, o algún vino blanco afrutado, bien fresco.