Zanahoria morada © José Maldonado

Zanahoria morada © José Maldonado

La zanahoria morada, o “morá”, como la llaman por aquí, es una variedad autóctona de este tubérculo que se cultiva en la localidad malagueña de Cuevas Bajas, donde se celebra una fiesta cada año para poner en valor este peculiar producto. Este año será la 5ª Fiesta de la Zanahoria Morá, y se celebrará en Cuevas Bajas el próximo 6 de diciembre de 2009. Será un buen momento para probarla.

De momento nos conformaremos con un par de zanahorias que hemos conseguido en el stand de Cuevas Bajas de la reciente muestra de ferias singulares de los pueblos de Málaga. Hablando con el encargado del stand, Francisco J. Cruz, nos explica un poco las características de esta curiosa variedad.

Según nos cuenta, el cultivo se hace de manera ecológica, aunque no certificada, en los campos del municipio, necesitando más espacio entre plantas de lo habitual, y usando abonos naturales. Me sorprende el tamaño, más grande que las zanahorias habituales, casi el doble, y por supuesto el color violáceo, que recuerda un poco a la remolacha.

Según parece la zanahoria morada es una variedad muy primitiva, que ya se cultivaba en Oriente hace 3000 años, aunque su introducción en Europa ha sido mucho más reciente. Los romanos parece que ya eran muy aficionados a la zanahoria, y muchos pueblos antiguos le atribuyeron propiedades afrodisíacas.

Según cuentan la zanahoria fue introducida en España por los árabes, desde el norte de Africa, y en la Edad Media se cultivaba en sus variedades morada, blanca y amarilla por toda Europa. Pero su uso en cocina se ha ido popularizando sobre todo desde que se empezaron a cultivar en Holanda en el siglo XVII las variedades de color anaranjado como las que conocemos hoy día, y que eran capaz de retener su color durante la cocción.

Os dejo aquí un texto al respecto sacado de una noticia en Diario Sur digital, donde se habla del origen del cultivo en este pueblo malagueño.

La Vega de Antequera ha sido conocida desde hace siglos por sus fértiles tierras y por cultivos como el olivar. Sin embargo, la aceituna no es el único producto que sale de sus campos, ni siquiera el más saludable. En este aspecto, y en su origen exótico, le supera la zanahoria morada o ‘morá’ que se cultiva en las riberas del Genil, en el entorno del pueblo de Cuevas Bajas. Se trata de un tubérculo que, según algunos relatos históricos, llegó hasta Al-Andalus con una caravana árabe que atravesó el Sahara portando semillas del Lejano Oriente. Fueron esas familias provenientes del Norte de África las que se decidieron a cultivarlas en el entorno de este municipio, una zona conocida hace años como Cuevas de Belda. Desde entonces hasta ahora han pasado más de trece siglos. Pese a ello, algunos cueveños mantienen aún la costumbre de sembrar cada año estas zanahorias moradas, que se diferencian de las normales no sólo en su color violáceo, sino también en la mejora de sus propiedades. Este tubérculo es conocido por tener componentes anticancerígenos y diuréticos.

Hay incluso quien asegura que tienen propiedades afrodisíacas. Lo cierto es que es también un suculento y saludable manjar que se puede consumir crudo en ensaladas, frito, sustituyendo a las patatas como guarnición, e incluso acompañando a unas migas. Este pueblo malagueño, limítrofe con la provincia de Córdoba, es consciente de la riqueza y la exclusividad de este producto y decidió hacerle un homenaje cada primer domingo del mes de diciembre. Así, mañana se ha organizado la segunda edición de la Fiesta de la Zanahoria ‘Morá’, en la que habrá la oportunidad de comprar este producto e incluso degustarlo gratuitamente en migas. Será el eje sobre el que se ha preparado un gran evento gastronómico en este acogedor municipio situado en la zona norte de la fértil Vega de Antequera.

Interesante historia. Es hermoso comprobar como en nuestros pueblos se siguen conservando costumbres y cultivos ancestrales, a pesar del paso de los siglos. Esperemos que siga así y no se pierda este cultivo de la zanahoria morada. La única pega es lo difícil de encontrar fuera de allí, al tratarse de un cultivo artesanal.