La influencia de la cocina oriental es evidente en la cocina holandesa, herencia de sus pasadas colonias, y es muy frecuente encontrar puestos callejeros donde se venden platos rápidos orientales, sobre todo los rollitos, lumpias o loempias vietnamitas. Abundan además los restaurantes asiáticos de calidad, siendo una de las opciones favoritas de los holandeses a la hora de cenar fuera.
Mis amigos de Holanda son muy aficionados a una pequeña pero bien surtida tienda de comidas para llevar, sita en el centro comercial de su ciudad, Maarsen, muy cerca de Utrecht. Se llama Saigon Snacks y en su mostrador encontramos diferentes variedades vietnamitas e indonesias.
Muy apetecibles los langostinos rebozados, que fríen al momento cuando los pides, y te los acompañan con salsa agridulce, al igual que los lumpias, rollitos rellenos de carne de cerdo y verduras, que son tan tentadores que no podemos resistirnos a comerlos allí mismo.
El menú ideal para llevar es una bandeja con arroz o tallarines fritos, acompañados de alguna de las especialidades, a base de gambas o ternera salteada, entre otros. Una de los platos es el bami (arroz frito) con pollo agridulce, o el nasi (tallarines fritos) con kip ketchap, pollo en salsa picante.
Muchos trabajadores de la zona acuden allí a comprar el almuerzo, como hemos hecho nosotros hoy. Debo decir que la calidad es excelente, para ser comida “rápida”, y además es una comida ligera y sana.
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