Pimienta de Jamaica © José Maldonado

Pimienta de Jamaica © José Maldonado

La pimienta de Jamaica, que usamos ayer para elaborar nuestro chutney de calabaza y tomate, no es una pimienta en sentido estricto, se trata del fruto del árbol Pimenta dioica, arbusto que crece en el sur de México y por todo el Caribe. En realidad es muy poco picante, predominando los aceites esenciales que la hacen una especia muy aromática, ideal para ser mezclada con otras especias, siendo parte importante de la cocina caribeña y de salsas como el mole mexicano o el curry.

También se utiliza como ingrediente en la elaboración de salsas barbacoa industriales, o para aromatizar estofados y diversos guisos, o para condimentar vegetales encurtidos. En realidad, como vemos, tiene poco que ver con la clásica pimienta, y su sabor y aroma nos recuerdan a una mezcla de clavo, canela y nuez moscada, por lo que es muy adecuada para elaborar dulces y pasteles.

Según parece, los aztecas la utilizaban para aromatizar el chocolate, para elaborar un brebaje mágico amargo e intenso, ya que no lo edulcoraban, y que usaban en sus ritos religiosos. La principal diferencia respecto a la pimienta tradicional es el tamaño, mucho mayor, y cuando la rompemos podremos ver en el interior unas semillas negras algo parecidas a las del cardamomo, aunque más pequeñas y frágiles.

Como en el caso de la pimienta, es mejor molerla en mortero justo antes de su uso, así aportará toda su gama aromática a los guisos. Prueba y experimenta con ella nuevos sabores, añadiéndola a panes, dulces, salsas, mermeladas, dulces, o carnes y pescados.