corcho

Acabo de leer un interesante artículo que nuestro amigo Calamar acaba de publicar en Directo al Paladar acerca de un nuevo sistema revolucionario de corchos sintéticos para vinos, el llamado Korked, tapón sintético con micro-oxigenación controlada. La verdad es que me ha sorprendido hasta donde puede llegar la tecnología de la industria del vino.

Y es que ya es bastante frecuente encontrar muchos vinos, incluso de gama media-alta, que llevan incorporados tapones sintéticos. Hace tiempo pregunté a Calamar, en los tiempos en que éramos compañeros como editores, y me dijo que tarde o temprano acabarían por imponerse este tipo de tapones sintéticos.

Imagino que habrá razones técnicas que demuestren que conservan mejor el vino y sus propiedades, pero coincido con él en que tiene algo de “romanticismo” el viejo tapón de corcho, ese que a veces cuesta tanto trabajo abrir sin que se rompa. Y no digamos ya la costumbre que tenemos muchos de oler el corcho para conocer el estado de conservación del vino…pronto sólo olerá a plástico. Que horror.

Por otra parte, no debemos olvidar la crisis que se avecina al sector de recolectores de corcho cuando deje de utilizarse por completo el corcho natural en las bodegas, día no tan lejano, a lo que se ve. Y es que muchas familias viven en Andalucía y en el sur de Portugal de esta industria, que además ayuda a preservar la zona de bosque natural más extensa de Europa, con alcornocales que se extienden desde las Sierras de Ronda y Grazalema hasta el Algarbe portugués.

De todos modos, y aunque me puedan tachar de antiguo, sigo prefiriendo el corcho natural en las botellas, y no puedo evitar un gesto de fastidio cada vez que me encuentro uno de esos modernos tapones sintéticos.

Esta es mi opinión, pero me gustaría conocer la vuestra en este sencilla encuesta que os propongo.

En Directo al Paladar  Korked, tapón sintético con micro-oxigenación controlada