teppanyaki

Aunque no he estado en Japón, es uno de mis viajes pendientes, cada día más me estoy aficionando a la cocina japonesa, muy diferente al resto de cocinas asiáticas, a pesar de que comparte ciertos elementos comunes, como el uso del arroz y los fideos. Por mi zona hay algún restaurante japonés, no muy lujoso, pero en los que se puede disfrutar de esta cocina. Curiosamente, los dos restaurantes que visito ostentan el título de “teppanyaki” en la fachada.

Investigando un poco en la Wikipedia, he descubierto que teppanyaki deriva del término teppan, que quiere decir plancha en japonés. Efectivamente, en estos restaurantes hay una gran plancha central, rodeada de un marco a modo de mesa en la que los comensales pueden disfrutar del espectáculo de ver cocinar sus platos en directo.

Y así parece, el teppanyaki es más un invento relativamente moderno (1945) en la cocina japonesa, surgido en una cadena de restaurantes para captar la atención de los turistas con el auténtico “show-cooking” de los excelentes cocineros japoneses. Tanto éxito tuvo que se ha ido extendiendo este tipo de restaurantes por Estados Unidos y el resto del mundo.

Aunque suele haber mesas normales, os aconsejo siempre sentaros en los bordes de la plancha y pedir alguna de las especialidades a la plancha, con ternera (en los lugares de lujo será kobe), langosta, pollo, pato, langostinos, etc. El show está asegurado, hay que tener paciencia. Primero se preparan los ingredientes en la cocina, que ya llegan limpios y listos para pasar por la plancha.

El cocinero, ataviado con su atuendo especial, con un característico pañuelo en el cabeza, elabora todos los ingredientes moviendo las herramientas de forma acrobática. Cortan el pescado o la carne, una vez cocinados con sake o salsa de soja, con las espátulas con rápidos movimientos rítmicos que casi asustan por su fuerza.

A los pocos minutos, ya tenemos listo un completo plato de arroz o fideos soba, verduras y el ingrediente principal elegido. De aperitivo, podemos pedir un surtido de sushi y sashimi de atún, dorada y langostinos. Y de postre, claro, no perderse el helado de té verde, intenso y refrescante.

La sorpresa de la casa es el sake de arroz casero, dulce y digestivo, hecho por fermentación de arroz, que nos sirven en las típicas cazuelas de porcelana. Una comida perfecta, sana y ligera. No dejéis de probar el teppanyaki.