Bueno, estoy muy contento con la piedra para hornear que he comprado en El Amasadero, en mi visita de ayer. En realidad es una pieza de cerámica refractaria, hecha en Alemania, de gran resistencia, que se introduce en la parte baja del horno y que se precalienta antes de introducir la masa. El objetivo es imitar el resultado de los hornos de leña tradicionales. Anoche no pude esperar y preparé mi primera pizza a la piedra.

Como verás en la foto, la “piedra” encaja a la perfección sobre la rejilla de mi horno Bosch, se ve que los alemanes tienen normalizadas las medidas. El precalentamiento debe hacerse de forma gradual, metiendo la piedra en el horno frío, en la parte baja, y dejando calentar unos 30 minutos para que alcance la temperatura ideal.

Con ello conseguimos que la masa de la pizza y focaccias queden crujientes y con una textura similar al horno de leña, ya que la base alcanza gran temperatura, que se reparte de manera muy uniforme. Esta piedra es relativamente fina, por lo que no tarda tanto en calentarse como otras, y adecuada para la mayoría de preparaciones, incluido panes y bollos. Ya iremos probando nuevas recetas.

Una vez acabado el horneado de la pizza, se puede sacar y colocar la piedra sobre un soporte especial que lleva, e incluso llevarla a la mesa, así no se enfría la pizza. Hay que tener cuidado en no echar agua fría sobre la piedra hasta que esté completamente fría, los cambios bruscos de temperatura la pueden romper. Igualmente se debe calentar en el horno progresivamente, metiéndola en el horno frío. Además no se debe usar jabón al lavarla, según el fabricante.

La única salvedad es que recomienda no usar papel de hornear bajo la masa, por lo que me ha resultado algo complicado transferir la pizza a la piedra, y como ves se han deformado un poco los bordes, habrá que buscarse una pala especial de madera, enharinada, para ello. Poco a poco iremos aprendiendo a usarla. Si os gusta hacer pizzas y panes en casa, creo la piedra de hornear es un accesorio casi imprescindible.