Comer pan es sano y no engorda

Al hilo de un interesante artículo en Consumer sobre la fabricación del pan artesanal, me gustaría hablaros sobre los falsos mitos acerca del pan, sobre todo la extendida creencia de que el pan engorda. Como veremos, el pan no engorda y además es muy sano. Y un hecho preocupante, su consumo ha ido descendiendo en los últimos años de forma injustificada.

No olvidemos que el pan y cereales, incluyendo aquí las pastas y arroces, deben ser la base de una dieta equilibrada, según marcan los consejos de nutricionistas, siendo la base de la conocida pirámide alimentaria. La tan prodigada dieta mediterránea se basa en el consumo de cereales, frutas y legumbres.

Sin embargo, las nuevas modas hacen que perdamos estos sanos hábitos, con la errónea creencia de que el pan engorda. El pan nos aporta sobre todo fibra alimentaria, vitaminas, minerales, aminoácidos esenciales e hidratos de carbono de asimilación rápida, imprescindibles para la vida diaria.

Cuando decimos que son la base de la pirámide alimentaria, queremos decir que el pan y cereales deben tomarse a diario, lógicamente en cantidades equilibradas, pero siempre en mayor cantidad que otros componentes de la dieta, como carnes, pescados o grasas.

Pirámide alimentaria

Según leemos en la interesante presentación sobre el pan de Consumer, el consumo de pan ha caído por debajo del mínimo que la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda, que son 90 kilos por persona y año. En este momento se encuentra el consumo medio en torno a 56 kilos, habiendo descendido enormemente desde los 134 kilos de hace 50 años.

La OMS recomienda, por tanto, aumentar el consumo de pan. Textualmente, podemos leer en la web de Consumer:

 

“Una ración de pan blanco, en torno a 40 gramos, contiene unas 100 kilocalorías. Una persona sana, no obesa y con una actividad física adecuada puede consumir hasta 400 gramos de pan al día. El milenario alimento, metáfora de civilizaciones y motines, valioso hasta el punto que calcula índices económicos, conserva su razón de ser. Lo dice el refrán: quien hambre tiene, en pan piensa.”

Sabias palabras, y recomendaciones expertas. Bien es verdad que el pan ya no es el alimento artesanal que era, y es difícil encontrar un pan casero hecho a la manera tradicional. Y puede que esto haya hecho caer el consumo, con panes cada vez más artificiales, a base de masas preelaboradas y congeladas, como los que encontramos en las cadenas de supermercados.

Sería cosa de que los panaderos artesanales, que son muchos y con productos de alta calidad, se organizaran de alguna manera para poder potenciar sus productos y que pudieran llegar al consumidor de forma más directa, aunque imagino que en este punto lucharán contra la fuerza de las grandes cadenas de la alimentación, que imponen sus reglas.

Y si no, siempre nos queda hacer el pan en casa, aunque no todo el mundo tiene el tiempo ni la paciencia necesarias.

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